13 marzo, 2015

Wifi gratuita en los buses para las ciudades inteligentes del futuro




La ciudad de Porto, la segunda en tamaño de Portugal después de la capital, Lisboa, ha equipado más de 600 taxis y autobuses urbanos con routers inalámbricos, dando lugar a lo que promocionan como la mayor red Wi-Fi en movimiento del mundo.

En realidad, Porto no es la primera ciudad en ofrecer conexión Wi-Fi gratuita en su transporte público. Otros ejemplos son:

  • Londres, en donde la compañía que gestiona el trasporte público de la ciudad, Transport for London (TfL), anunció en agosto de 2014 la incorporación de este servicio en alguno de sus autobuses a modo de prueba.

  • Nairobi, la capital de Kenia, en donde los autobuses con Wi-Fi gratuita se están utilizando para acercar Internet a la población. El programa, financiado por la operadora de telefonía móvil local, Safaricom, se puso en marcha en 2012 en 20 buses y actualmente está disponible ya en más de 3.000. 

Otras ciudades han optado por crear una red Wi-Fi gratuita con puntos fijos, por ejemplo:

  • Madrid, que en 2013 anunció el proyecto piloto "Smart Madrid" que supuso la introducción en las marquesinas y postes de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) no sólo el acceso a conexión Wi-Fi gratuita, sino también a otras tecnologías como:

    • NFC, que permite transmitir información entre dispositivos a corta distancia de forma inalámbrica.

    • Los códigos QR, con la que los usuarios pueden ver en sus teléfonos información turística sobre los puntos de interés próximos al lugar en el que se encuentran.

  • Nueva York, que a finales de 2014 anunció la instalación de un nuevo sistema apodado LinkNYC que sustituirá las tradicionales cabinas telefónicas por torres de Internet.


¿Cuál es la novedad entonces en el proyecto de la ciudad de Porto?


Pues que el servicio no sólo ofrece conexión gratuita a Internet a los pasajeros, sino que además recopila información que envía a las oficinas centrales de planificación urbana, ayudando a que la ciudad funcione de forma más eficiente.

La empresa tecnológica que ha desarrollado el servicio se llama Veniam y es una startup con sede en Porto y en Mountain View (California) que tiene sus orígenes en la Universidad de Porto.

Según la compañía, Porto es el primer mercado piloto del proyecto denominado Internet of Moving Things (Internet de las cosas en movimiento), pero Veniam espera ampliarlo a otras ciudades estadounidenses a lo largo del año.


Fuente: Veniam


Resultados hasta ahora



Por el momento, el servicio parece funcionar a la perfección. La prueba de fuego para comprobar si una conexión Wi-Fi es lo suficientemente robusta consiste en  realizar una llamada de vídeo por Skype y que no se corte en ningún momento a pesar de estar el bus en movimiento. Y la nueva red de los autobuses de Porto lo ha conseguido.

El punto de acceso de fibra a través del cual el bus ofrece la conexión inalámbrica cambia a medida que el vehículo se desplaza por la ciudad, pero la llamada de prueba por Skype no se cortó en ningún momento.

La red de fibra en la que se basa el servicio es propiedad de la ciudad y tiene unos 10 años de antigüedad; se creó originariamente para que los centros de salud públicos pudiesen estar conectados digitalmente.

Los puntos de acceso son unas cajas pequeñas con una antena, por lo general, fijadas en lo alto de algún poste, como una farola o un semáforo, y distribuidas por toda la ciudad. También hay una cantidad asombrosa de pequeños sensores (mediambientales, de ruido, etc.) que suelen pasar desapercibidos para la mayoría de la gente.


Principales ventajas e inconvenientes


  • Ventaja: el nuevo sistema podría liberar un poco la carga de tráfico de datos de las redes móviles 3G y 4G, al utilizar los usuarios la red Wi-fi en su lugar. 

  • Inconveniente: paralelamente, podría perjudicar a las operadoras de telefonía móvil, dado que los ciudadanos utilizarán mucho menos sus planes de datos móviles.

En Porto, la conexión Wi-Fi se ha convertido en un servicio público, en lugar de un producto comercial. La ciudad ofrece a los ciudadanos conexión Wi-Fi gratuita y, a cambio, recibe una gran cantidad de datos que los routers Wi-Fi recogen de la red de sensores de la ciudad.

El problema de la privacidad


Los sensores recopilan información muy diversa. Por ejemplo:


  • Si los autobuses o los taxis experimentan un movimiento brusco que pueda deberse a un bache, los sensores lo detectan y transmiten la información al Ayuntamiento para ayudar a identificar los sitios en los que las carreteras necesitan una reparación.
  • También hay sensores en los contenedores de basura que avisan cuando están llenos, para que el servicio de recogida de basuras funcione de forma más eficiente. De este modo, la ciudad ahorra dinero al no gastar combustible en viajes para vaciar contenedores a medio llenar.
  • Igualmente, es posible detectar cuando un autobús está atrapado en un atasco de tráfico y redirigirlo o cambiar los semáforos en tiempo real para que pueda avanzar con más rapidez.

Esta recogida masiva de datos plantea la habitual incertidumbre acerca de la protección de la privacidad de los ciudadanos y es probable que despertierte ciertas reticencias.

Sin embargo, el CEO de Veniam, Joao Barros, está convencido de que las futuras "ciudades inteligentes" utilizarán este tipo de intercambio de datos Wi-Fi. 

Veremos si el tiempo le da la razón...


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