Hasta ahora, Google ha proporcionado servicios de Internet en diversas zonas mediante conexión por cable, con su proyecto Google Fiber y a través de su nuevo servicio de conexión inalámbrica Project Fi. También tiene un proyecto conocido como Proyecto Loon con el que pretende llevar la conexión a zonas remotas o rurales sin ningún tipo de acceso a Internet, gracias a una red de globos que flotan en la estratosfera formando una gigantesca red de comunicaciones.
Ahora, la idea es proporcionar conexión Wi-Fi gratuita de alta velocidad en las ciudades de todo el mundo y, para ello, ha empezado por la ciudad de Nueva York.
A lo largo del último año, Nueva York ha ido reemplazando sus antiguas cabinas telefónicas por centros Wi-Fi como parte de un proyecto denominado LinkNYC, con el fin de construir una red pública gratuita de alta velocidad, capaz de proporcionar conexión a Internet a todos sus residentes. La red se financiaría con publicidad.
Ahora, las dos compañías que pusieron en marcha el proyecto en la ciudad de Nueva York —Control Group, creadora de la interfaz para los nuevos puntos Wi-Fi; y Titan, que supervisaba la publicidad con la que se financia el proyecto— han sido adquiridas por Sidewalk Labs, una startup creada por el CEO y cofundador de Google, Larry Page, fusionándose en una nueva empresa llamada Intersection, cuyo objetivo será llevar a otras ciudades del mundo esta exitosa combinación de puntos Wi-Fi e ingresos por publicidad.
Millones de usuarios se verán beneficiados por esta iniciativa. Solo en los EE.UU., unos 55 millones de personas no tienen acceso a Internet de banda ancha, según la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estadounidense.
En este sentido, el proyecto tiene una parte altruista, pero también tiene su parte comercial: una conectividad más amplia implica un mayor potencial de crecimiento.
Por otra parte, Google también saldrá beneficiado, dado que la interfaz del servicio de LinkNYC funciona con su sistema operativo Android. Si el proyecto se extiende por todas las ciudades del mundo, la compañía ganará en usuarios y consolidará su posición de intermediario entre los usuarios e Internet.
Esto pondrá en la palestra, una vez más, todas las preocupaciones y cuestiones legales habituales relacionadas con la privacidad y la seguridad que suelen acompañar a las ciudades inteligentes en general y a Google en particular, en gran parte de sus proyectos.
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